OPINIÓN

Blog de Carlos Galbeño

¿Somos realmente libres?

 

 

 

 

En España se tiene miedo a la libertad. Por ello, los poderes públicos interfieren en todos los órdenes de nuestra existencia. Vulneran la Constitución y se recortan nuestros derechos sin quejas aparentes de los ciudadanos, que se dejan llevar sin asumir, siquiera, sus propias responsabilidades. Así la libertad, se convierte en una utopía, que manipula convenientemente el poder, para actuar según su conveniencia.

Mensaje: Paula Rodríguez

23 de mayo de 2012

11:04

Paula

 

Buenos días,

Tras leer su reflexión me he preguntado si en la situación actual usted puede mantener que el pueblo español no protestas o como usted dice, no manifiesta quejas aparentes ante situaciones como la que nos toca vivir en el día de hoy. Mi opinión es que ,nosotros los jóvenes, mantenemos un nivel alto de reivindicación ante una situación tremendamente injusta. Los recortes y adaptaciones constantes aportadas por los políticos minan nuestros derechos, nos hacen vulnerables y dan al traste con nuestro futuro. Decir que nuestra actitud es apática es igualmente una manifestación injusta. Me gustaría que me dijera cual sería su reacción si usted, siendo joven, hubiera vivido la situación actual. 

Aprovecho la ocasión para agradecer que dedique en su página un espacio de comunicación y opinión, no es frecuente. Soy estudiante de ciencias políticas y conozco su trayectoria profesional, por eso me interesa tanto su punto de vista. Además, querría consultarle si estaría dispuesto a que un grupo de estudiantes de mi facultad pudiéramos realizarle una entrevista sobre temas políticos, nos interesa su figura por la labor realizada en la gestión del Ayuntamiento del que durante años ha sido Alcalde, máxime cuando ha sido considerado como modélico por no presentar déficit y contar con cuentas saneadas, toda una proeza. Muy agradecida,

Paula

 

Buenos días Paula,

Tu reflexión, sobre la actitud de los jóvenes actuales, me parece lógica. Esto no lo expreso en sentido negativo, sino todo lo contrario. Te explico mi consideración sobre tu pregunta;

la juventud siempre ha sido, y seguirá siendo, el instrumento de cambio en cada generación. La sociedad siempre se manifiesta a través de la reacción de sus miembros más activos y revolucionarios. El objetivo es cambiar la sociedad y hacerla más justa y democrática.

Mi generación, tuvo tres momentos históricos separados por veintiún años de diferencia, en la que los jóvenes impusimos a los políticos un cambio radical. Uno fue el movimiento de 1968 en París, otro el derrumbe del muro de Berlín en 1989, y en España, supimos ser generosos y dar lo mejor de nosotros mismos, para hacer posible la Transición Política entre todos. En los tres casos los jóvenes, universitarios y trabajadores, se levantaron contra la miopía de los poderes públicos establecidos.

Mi reacción, si yo tuviera tu edad en estos momentos, contestando a tu pregunta, creo que sería la misma que la de cualquier joven preocupado por la situación actual. Vivimos en una época sometida a la dictadura de una partitocracia, que ha distraído la democracia liberal, por el juego perverso de solicitar nuestro voto cada cuatro años. Único momento en el que realmente interesamos como sujetos activos de la soberanía nacional, hasta que ejercen el poder.

A los jóvenes de hoy, os toca representar el papel de la indignación ante una sociedad donde los políticos aún piensan que hay que gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo. Sólo interesa la Europa de los Estados y la Europa de las Regiones; Los problemas de los gobiernos, de las comunidades autónomas y de las instituciones ¿Y la Europa de las personas? ¿Es que sólo son necesarias para votar y para pagar impuestos?

En cuanto a la gestión que hacen los políticos actuales de la educación en general, creo que en una sociedad libre, la enseñanza forma parte esencial del futuro de la Nación, y es la única garantía para resistir cualquier crisis. Es imprescindible su prioridad, y en caso de desatención todos seremos culpables. Es imposible avanzar en la idea de la libertad y el desarrollo económico con una educación como la que reflejan las encuestas sobre la enseñanza en España y el grado de fracaso.

Las Administraciones públicas, deberían facilitar los medios, no hacer uso, en exclusiva, de ellos. Este modelo es más propio de regímenes autoritarios, sean de uno u otro signo. Nos encontramos con una enseñanza que no se basa en la libertad y por tanto, no garantiza la calidad como clave del desarrollo.

Pienso que la crisis actual no es de educación, sino del proceso educativo. No me refiero al modelo, porque éste es un concepto limitado en el tiempo, y por tanto expuesto a crisis, sino al sistema educativo. Es decir, estructural. La crisis afecta a las ideas y a los valores de nuestra sociedad, y la escuela es una de las víctimas como institución. 

Sobre tu invitación para someterme a una entrevista con un grupo de estudiantes de tu facultad, quedo a vuestra disposición.

Un saludo y muchas gracias por tu opinión

 

 

Mensaje: Paula Rodríguez

31 de mayo de 2012

18:14

Buenas tardes Carlos,

Me ha agradado ver su respuesta. Poder observar que existen puntos en común entre su experiencia en su juventud y comprobar que su actitud  es muy similar a la de muchos de los jóvenes actuales. Aun así, creo que existen diferencias evidentes entre su generación y la nuestra. Si bien la transición, sin duda, supuso una prueba intensa y compleja para la sociedad del momento, tanto como la inestabilidad en Centroeuropa y los movimientos de una sociedad en evolución, permítame que manifieste que aun así difieren de la situación actual.

El desánimo y la ausencia de un futuro para mi generación son las verdaderas motivaciones de nuestras reivindicaciones. Intuimos que nadie nos hará caso, somos una generación perdida, sacrificada, olvidada. Todo ello gracias a los abusos, a las nefastas gestiones, a las mentiras y al engaño. Luchamos ya no tanto por nosotros sino por los que vendrán tras nosotros, pero también por nuestros padres, trabajadores empedernidos que ahora y tras muchos sacrificios serán, si nadie lo remedia sacrificados.

¿Cómo un banco como Bankia puede continuar desahuciando a familias sumidas en la pobreza siendo ellos los principales desahuciados de nuestro país?, eso sí, con una mano que en el último minuto les salvará. ¡!Qué injusticia!!

Este es el mundo al revés, un mundo del que mi generación se cae al no tener donde agarrarse. Quizá me hubiera gustado leer en sus palabras alguna alusión a estos momentos, que sin desmerecer a los que usted menciona, sin duda son los que nos están tocando vivir.

Contactaremos con usted a través del apartado contacto, como le comenté, nos encantará realizarle una entrevista para un trabajo de la Facultad.

Muchas gracias y por favor, continué mostrándonos sus opiniones, pero si me permite un pequeño apunte, con un compromiso más patente con el presente, muchos de nosotros lo necesitamos.

Un saludo,

Paula

 

Mensaje: Pablo

7 de abril de 2012

12:39

Tras leer su reflexión sobre la libertad en general y sobre la aplicación de la libertad del pueblo español en particular, he detectado una falta de confianza en este último. Me gustaría saber si el 2 de mayo de 1808 está considerado por usted de igual manera. Es decir, si bajo su criterio, el ciudadano español en ese momento tuvo miedo a la libertad o como yo creo, luchó por ella ofreciendo su propia vida para llevar a cabo este fin.

Un saludo,

Pablo López de Elén

 

 

Estimado Pablo.

 

 

La desconfianza que ha detectado en mis escritos, con referencia al pueblo, lo es en general, como concepto, y no especifico del pueblo español.

El pueblo español de principios de siglo XIX, poco sabía de libertades, aunque la naturaleza propia del ser humano es ser libre. Y esto es así desde la misma creación. La pregunta sería: ¿Ha conseguido el hombre ser realmente libre?

La libertad, al final, constituye un valor opcional de cada individuo, y el uso que hagamos de nuestra libertad, es lo que nos hará realmente libres.

Respecto a mi criterio sobre el pueblo español y los hechos ocurridos el 2 de mayo de 1808, le diré, según mi opinión, que el “pueblo masa” se levantó contra el ejército napoleónico por pura supervivencia y contra un ejército invasor, que se hizo con el poder imponiendo un rey extranjero. Algo difícil de asumir por cualquier pueblo.

Si bien es cierto que ofreció su vida, no lo hizo por la libertad, sino por la liberación, que es muy distinto. Tanto es así, que prefirió las “cadenas” del absolutismo, que volvió a imponer Fernando VII. Con su vuelta a Madrid, después del exilio, acabó con el soplo de libertad que representaba la Constitución liberal de 1812. El liberalismo, inspiró la organización del Estado de Derecho y dio lugar a las primeras medidas para reducir el papel de la Corona en la vida social, económica e individual. Por primera vez, se gobernó para  ciudadanos y no para súbditos. Pero los ciudadanos, convenientemente manipulados por el partido fernandino, prefirieron volver a ser “pueblo masa”.

El pueblo masa es un concepto orteguiano. Refiriéndose al pueblo masa, decía José Ortega y Gasset: “que arrolla a todo lo diferente, a quien no piense como todo el mundo, y corre el riesgo de ser eliminado”. Y claro está, que todo ese mundo no es todo el pueblo. Todo ese mundo, es la masa. Y el hombre masa carece de proyectos y va a la deriva; por eso, no construye nada, aunque sus posibilidades y sus poderes sean enormes.

Pero el individuo, en su libertad, tiene la opción de rectificar, tiene la posibilidad de aprender constantemente, de contrastar sus razonamientos con los razonamientos de otros, de sacarle provecho a la experiencia y de dejar de ser el hombre masa, al que se refería nuestro insigne pensador.

 

Carlos Galbeño

Mensaje: Ernesto Madrilejo Casares

6 de abril de 2012

22:03

Sin duda peculiar interpretación de la libertad y de su aplicación. Podría decirme si existe algún orden político ode gobierno que bajo su criterio no vulnere la libertad. ¿es la Constitución realmente una carta magna que respeta la libertad?¿es aplicable?¿garantiza y defiende la libertad o acota las manifestaciones de los ciudadanos?. En su opinión, ¿cúal de los tres poderes, legislativo, ejecutivo o judicial, vulnera de forma más evidente la libertad?

Le agradecería su comentario. Quiero aprovechar esta ocasión para felicitarle por su página, me ha resultado muy ameno conocer más de cerca su actividad. Un saludo,

 

Ernesto Madrilejo

 

 

Estimado Ernesto

Le agradezco sinceramente su felicitación. Contesto a su comentario de forma globalizada para generar opinión.

Creo que el relativismo del Estado moderno, consagra el valor de las ideologías y su adoctrinamiento en la educación de los individuos, por encima de los valores morales que aporta  el cristianismo, en una sociedad occidental como la nuestra, al que se pretende arrinconar a la esfera de lo privado. A esto mismo se refiere el Papa Benedicto XVI cuando dice que “la libertad de la persona sólo puede subsistir en un orden de libertades comunes que fortalecen los derechos humanos”. En eso radica precisamente la verdadera libertad.

Sin embargo, Juan Jacobo Rousseau  en su Contrato Social decía que “los ciudadanos deben de renunciar a sus libertades individuales en favor del Estado”. Es decir, que los ciudadanos, al ceder sus libertades participan de las realidades de la voluntad colectiva. Sin embargo, una sociedad avanzada no necesita que nadie piense por ella, y menos el Estado que acaba tomando decisiones en su nombre. El principio de que la mayoría tiene siempre razón, encierra una gran perversidad. No es precisamente liberal y acaba en ocasiones en abusos de poder cuando no en regímenes totalitarios. Tocqueville, solía decir que el despotismo de los totalitarios golpea al individuo, lo tortura y lo encadena, incluso acaba con su vida.

Pero la realidad es que el poder político ha tomado la responsabilidad de controlar y dirigir la sociedad, y ha acabado por secuestrarla. Esa desconexión entre los políticos y la sociedad es cada vez más patente. Hasta tal punto esto es así, que los ciudadanos se asombran de que los políticos no establezcan como prioridad y principal preocupación sus problemas, quejas, o necesidades. Mientras, se legisla de forma exhaustiva sobre cuestiones que a la sociedad no le preocupan y, que además, se producen continuos recortes a las  libertades constitucionales o individuales.

Con la nueva Constitución de 1978, se fijaron los límites del poder que se convirtió en poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial y se establecieron sus relaciones con el nuevo Estado y con los españoles. 

Los principios liberales y la división de poderes, son fundamentos  esenciales de la nueva Constitución. Sus valores deberían impregnar el sistema político, como resultado de la expresión pacifica de todos.  De la misma forma que su voluntad debería promover la libertad y la justicia, como valores supremos para convertirlos en guía de convivencia democrática para todos los españoles.

Es ilógico pensar, que una constitución que garantiza las libertades individuales, que establece valores esenciales para los ciudadanos, como: la igualdad, la seguridad, la paz y sobre todo la libertad y la justicia establece estabilidad y continuidad al sistema político. Ello ha permitido, a través de cambios de gobierno en las urnas, la supremacía de la soberanía nacional.

Por otro lado, la justicia es consecuencia de la libertad, pero cuando la justicia es violentada y se la acomoda a la “realidad del momento”, como hizo el gobierno del señor Zapatero,  la libertad es oprimida y se vulneran los principios constitucionales.

Decía Benjamín Franklin: "quien sacrifica la libertad en nombre de la seguridad, no merece ni la libertad ni la seguridad".

Un cordial saludo

Carlos Galbeño

 

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“Porque estoy convencido  de la importancia que tienen las ideas, en un entorno de libertad personal, no estoy dispuesto a dogmatizar sobre ellas, pues aún a veces, he sido convencido por otras ideas y sigo dispuesto a tomar en consideración las que se me presentan, si ello enriquece mi pensamiento en libertad, como auténtica voluntad personal”.

 

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